Supersticiones para quedar embarazada y ritual del utero

Supersticiones para quedar embarazada Para algunas mujeres, quedar embarazada puede ser una tarea muy difícil. En esta lucha, terminan buscando diferentes tratamientos naturales, rituales, remedios caseros, etc.

Y para aquellas que buscan una pequeña ayuda para lograr su objetivo, les enseñaremos cómo algunas supersticiones para quedar embarazada  y el famoso ritual del utero.

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Quedar embarazada: Supersticiones, amuletos y rituales

El horror a la esterilidad es una constante desde la Antigüedad a nuestros días, habiéndose multiplicado en ese enorme lapso de tiempo el número de los amuletos fecundadores y los remedios: el primero de todos fue el agua: manantiales, pozos, fuentes, riachuelos se convirtieron en los primeros agentes fecundantes Los ritos de fecundidad, el afán por dejar de ser estéril la mujer o el hombre, han dejado en muchos lugares múltiples manifestacione

En lugares de Extremadura las casadas se bañan en el Tajo un número impar de veces; también en lugares de Castilla la mujer infecunda acude al río al amanecer y se introduce en él descalza mientras reza un padrenuestro: cuando el agua sobrepasa la rodilla se dice que la mujer queda fértil, cuando no preñada.

A ese fin, en puntos diversos del viejo reino, las mujeres que no logran la preñez ponen dentro de la concha de una tortuga tres hojas de fresno que rocían con vinagre blanco cada tres días durante tres meses, tres semanas y tres días, costumbre heredera de la antigüedad grecolatina, en que se tuvo por buen augurio rociar con agua fresca una tortuga.

En La Rioja se aplica durante tres días al vientre de la mujer una ubre de vaca de dos pezones apuntando hacia los ovarios; mientras en Galicia se lava la presunta estéril con vino aromático y dan a beber al marido el aceite de la lámpara del sagrario mezclado con vino rojo.

En Cataluña se toma miel durante varias semanas: se pretende ser tan fértil como la abeja; y en Seo de Urgel se reza a Santa Ana o a Santa Macrina, a quien en la Seo de Urgell se dice esta oración:

Hasta principios de siglo las parejas estériles de las provincias vascas imploraban descendencia a San Elias, a cuyo fin los esposos tomaban baños de asiento en una pila donde también se lavaba ropita de bebé que era tendida sobre unas zarzas. Parecido remedio buscan las estériles navarras, que una vez recorridos los santuarios del antiguo reino pedían al párroco de su pueblo que les leyese el Evangelio en la esperanza de quedar preñada, especialmente el pasaje de la Anunciación del Señor, en el que el ángel comunica a María que parirá a Jesús.

En la zona pontevedresa de Sangenjo las estériles se bañan en el mar al alba en vísperas de Nuestra Señora de la Lanzada: recibiendo el golpe de nueve olas en salva sea la parte, quedan preñadas. Las asturianas acudían a la ermita de santa Casilda para beber el agua de su pozo; mientras que en Burgos, a principios de siglo, era famoso el pozo del convento de San Gumiel de Izan. Si el agua devota no hacía efectos, se recomendaba un manantial concreto.

A Fernando VII le indicaron las aguas de Solán de Cabras, en Cuenca, donde acampó la real pareja en barracones sobre riscos, aventura de la que dijo el monarca que tras ella todos iban a salir preñados menos la reina.

Entre las musulmanas se cree que ver un gato lamerse sus genitales garantiza la preñez. Si todo falla se pasa a la mujer por una piedra negra, costumbre que acaso diera lugar a la expresión grosera que alude al hecho.

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Más rituales para quedar embarazada

Otras supersticiones para quedar embarazada consiste en pisar la planta llamada borraja. En Asturias se conocía esta: Allí nace un arboledo que Azucena se llamaba: cualquier mujer que la come, luego se siente preñada.

Nada parecía demasiado extravagante para asegurar el embarazo. Una dieta especial era seguida por las mujeres estériles. En lugares de Cataluña el matrimonio come miel las primeras semanas de casados para que se les contagie la fecundidad atribuida a la abeja.

Es tradición supersticiosa gallega la fe en la capacidad fecundadora de las camas de piedra, en las que durante los siglos XVII y XVIII se echaba el matrimonio y cohabitaba ante el santo; fue famosa la de Finisterre, junto a la ermita de San Guillermo. En Navarra se acude al santuario de San Miguel, en Ayalar, donde se sientan para oír misa sobre una piedra a la que atribuyen poder fecundante. La ayuda sobrenatural era remedio único en muchos casos.

En la provincia de Huesca se acude a la ermita de Nuestra Señora del Castillo donde las mujeres que piden a Dios el don de la fecundidad dan vueltas por todo el recinto en la esperanza de pisar la parte del solado que llaman «ladrillo del embarazo»: nadie sabe cuál es, y hay que adentrarse en la sacristía, coro, y todos los cuartos o dependencias.

En Ciudad Real la mujer orienta las patas de la cama hacia el Norte y pide al marido que le haga el amor en dirección opuesta mientras coloca en las caderas un emplasto. El recurso a bizmas o emplastos especiales estuvo generalizado: en el alicantino pueblo de Santa Pola hubo a principios de siglo una saludadora cuyo emplasto tenía una servidumbre añadida: la mujer que se lo pusiera en salva sea la parte no podía yacer con el marido durante el tiempo que duró el diluvio universal, diciendo acaso con cierta sorna, que pasados aquellos cuarenta días con sus noches vería tierra.

Por lo general, si transcurridos dos años no había descendencia, la pareja visitaba a un curandero. Los remedios eran pintorescos; en Cáceres a quien se sospecha que era estéril se le untaba con saliva la parte superior del párpado: si se secaba presto, no era estéril, pero lo era si permanecía húmedo un rato. También se sabe quién es culpable de la esterilidad orinando cada uno de los cónyuges en un vaso donde previamente se ha colocado trigo o cebada: el vaso cuyos granos se hinchen al cabo de una semana pertenece al cónyuge fértil.

Cansados de peregrinar en busca de remedio, los matrimonios estériles recorrían por último las casas donde había chiquillería y niños criando, y pedían a la madre que les dejara mecer las cunas en la esperanza de que aquello ayudaría a sus propósitos; otros andaban con una llave a la espalda, y los más prácticos hacían de continuo el amor, placentera ocupación que en pueblos burgaleses se hacía dentro de un pozo seco cuando ya se ha intentado todo.

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Ritual del utero para quedar embarazada

Entre los mitos de la abuela sobre el embarazo y quedar embarazada muy famoso es el ritual del utero. Veamos a continuación en que consiste:

1 cucharada de bicarbonato de sodio
500 ml de agua esterilizada

Primero, asegúrese de que el agua esté bien esterilizada. Para ello, hervir durante unos 5 minutos y dejar enfriar. Después de eso, agregue el bicarbonato de sodio a esta agua.

Introduzca esta mezcla en la vagina con una jeringa sin aguja o con un tubo de ducha vaginal.

Cuando tomar una ducha para quedar embarazada: Se recomienda que este procedimiento se realice durante la Luna Nueva.  Si desea conocer más supersticiones para quedar embarazada, puede formular su pregunta en la sección de comentarios.

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