Martes 13 significado esoterico y espiritual (o viernes 13)

Publicado en Diccionario de Supersticiones

Martes 13 significado esoterico y espiritual Existe una confusión entre el martes 13 y el viernes 13, pero primero veamos lo que representa el número 13 el cual resulta común en ambos casos y las razones de su connotación negativa.

Los católicos afirman que 13 fue el número de personas presentes en la Última Cena (12 apóstoles y Jesús). Y el decimotercer hombre que llegó, Judas, habría traicionado a Cristo.

Con respecto al día de la semana, el viernes habría sido el día de la crucifixión de Cristo, además de que el Diluvio también comenzó ese día de la semana.

Sin embargo, el día martes también se ve como un mal augurio porque es el día de la semana dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, ya la sangre y la violencia que le dieron el nombre del planeta rojo. Ahora veamos más detenidamente

Martes 13 significado esoterico y espiritual

El martes 13 está asociado a la evolución de cada ser humano individualmente, pero para la sociedad puede representar una agitación excesiva.

Una vez más, se trata de sintonizarnos. Somos lo que pensamos, nos convertimos en lo que creemos, vivimos en lo que creamos para nosotros mismos. Cultivadas y difundidas durante siglos, estas leyendas han creado a su alrededor todo un complejo espiritual y energético, alimentado y apoyado por las mismas mentes que creen en sus historias o que, aunque no las conozcan, creen en estas supersticiones.

Los pensamientos y los sentimientos son energía. Todo lo que pensamos y sentimos genera cambios vibratorios en nuestras energías, en nuestro aura, en el entorno que nos rodea. Y lo mismo ocurre cuando expresamos, aunque sea en silencio, nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras supersticiones, opiniones, etc.

Creencias, símbolos, mitos y leyendas cultivados durante mucho tiempo y durante muchas generaciones tienden a crear inmensos campos vibratorios colectivos (holopensenes), formados por las emanaciones mentales y emocionales de todas las criaturas que, de alguna manera, están en sintonía y siguen en sintonía con el sus metas, principios o ideas.

Como son muy grandes y también muy fuertes, campos como estos pueden durar siglos o nunca extinguirse si siempre hay alguien dispuesto a alimentarlos con sus creencias e ideas, cambiando las energías que los rodean y sintonizándose con esas energías.

Estos inmensos campos están ahí afuera, suspendidos, flotando sobre nosotros. Entonces, imagina el campo vibrante refiriéndose al desprevenido “martes 13”. ¿Cuántas y cuántas criaturas te han estado alimentando? ¿Y hace cuanto tiempo? ¿Basado en que? ¿Leyendas antiguas? ¿O mitos creados por personas religiosas que no querían nada más que sacar a las personas de sus creencias originales a través del miedo para lograr más poder?

¿Qué tan grande es hoy? Y cada viernes 13 que aparece en el calendario se vuelve un poco más grande, y más fuerte, alimentado por personas supersticiosas que insisten en seguir repitiendo mecánicamente las manías de sus antepasados.

El martes y el 13, juntos o separados, de hecho, no pueden hacer nada. Ellos mismos no tienen poder. Son inofensivos. El poder está en aquellos que creen que tienen poder. El poder, para bien o para mal, radica en la creencia de que pueden crear, generar o hacer el bien o el mal.

Entonces, si alguien cree que el martes 13 da o trae mala suerte, se conectará al respectivo campo vibrante ya existente, contaminándose con toda la angustia, el miedo y el terror allí almacenados, atrayendo algo de la “mala” energía hacia sí. Eso está ahí, pudiendo así provocar algo “malo” en tu vida. No es, pues, el martes 13 o el viernes 13 el que trae mala suerte, sino el supersticioso que te recogerá cada viernes 13, con tus pensamientos, tu miedo, tu propia angustia y desconfianza.

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El problema es que hay tanta gente que se adhiere al dicho popular “no creo en las brujas, pero las hay, las hay”, que cada vez que aparece un martes 13, el ambiente se vuelve más pesado, debido a las emanaciones de personas que, “Por si acaso”, se quedan, buscando “señales” de mala suerte, tratando de salir ilesos del día maldito. Y luego, parece que la superstición tiene algún fundamento.

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